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Los fabricantes de ollas quirúrgicas tienen especial cuidado en seguir altos estándares industriales, los cuales son similares a los seguidos para la fabricación de instrumental médico y quirúrgico. La mayoría de ollas de acero quirúrgico pasan exhaustivos exámenes y pruebas antes de salir al mercado, estas pruebas incluyen resistencia al calor, resistencia a la oxidación, a la deformación y la capacidad de evitar la formación de colonias de microorganismos. Estas ollas también son especialmente controladas para evitar el desprendimiento de metales, algo que frecuentemente sucede con las ollas convencionales. La inclusión de cromo dentro de la aleación del acero quirúrgico le otorga resistencia a la corrosión y el desgaste. Por otro lado el níquel le otorga un acabado pulido y suave. También se suele incluir dentro de la aleación el elemento molibdeno para otorgarle mayor dureza. Podemos resumir los beneficios de las ollas de acero quirúrgico en los siguientes: 1. Tienen un recubrimiento interno de acero inoxidable 2. Evitan la contaminación de los alimentos con sustancias nocivas para la salud. Se sabe que otro tipo de ollas metálicas desprenden no sólo partículas sino también gases y óxido que contaminan los alimentos constituyendo un riesgo para la salud. 3. Las ollas de acero quirúrgico logran que los alimentos sean más nutritivos, sabrosos y sobre todo saludables. 4. Los alimentos cocinados en ollas de acero quirúrgico necesitan muy poca cantidad de agua, por lo tanto no pierden nutrientes al no estar sometidos a temperaturas demasiado altas. Dentro de estas ollas los alimentos se cocinan en sus propios jugos, lo cual también ayuda a conservar el sabor.
5. La duración de las ollas de acero quirúrgico es notablemente superior a la de las ollas tradicionales. Estas ollas no se deforman, no se oxidan y tampoco se desgastan. Luego de un tiempo de uso siguen luciendo como nuevas. En definitiva las ollas de acero quirúrgico son una magnífica inversión